CORRIDOS AFROMEXICANOS DE LA COSTA CHICA REUNIDOS EN UN FONOGRAMA EDITADO POR EL INAH
Noticia por José Lara (version pdf)
Atención pongan señores...
En la portada del disco Atención pongan señores... El corrido afromexicano de la Costa Chica que realizó el etnohistoriador Gabriel Moedano y que edita el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a
Corridos Afromexicanos a través del Programa Cultural del Pacífico Sur, aparece una fotografía del archivo Casasola de un hombre con rasgos afromestizos:
El sujeto viste camisa de manga larga blanca y pantalón gris a rayas. Un sombrero de petate ciñe su cabeza y en la parte frontal de éste resalta un moño hecho con listón. Está sentado, su postura es rígida; del lóbulo de su oreja derecha pende una arracada, en su pecho hay varios broches, dos de ellos tienen moños como el de su sombrero, y de su cuello baja una medalla hasta la altura de las costillas. Sus facciones son recias: labios gruesos, nariz ancha, frente mediana y ojos oscuros con mirada amenazadora. De la bolsa derecha de su pantalón sobresale un revólver y por la posición de su brazo, parece listo a empuñar el arma.
Sirva la descripción anterior no sólo para ubicar la circunstancia de un hombre de la agreste Costa Chica de Guerrero y Oaxaca sino también el contenido fonográfico de este disco que al juicio del etnomusicólogo Félix Rodríguez León es un "testimonio de un testimonio" ya que por un lado representa la tradición musical y lírica y por el otro, acontecimientos que configuran la vida cotidiana de la región: "historias que tratan de un barco hundido o de una emboscada; de mujeres parturientas o vendidas; o de una braga quinceañera que no titubea en vaciar el tambor de la pistola sobre sus atacantes".
Número 38 de la colección de obras que integran la Fonoteca del INAH, Atención pongan señores... El corrido afromexicano de la Costa Chica, es un disco que desentraña parte de la historia de la diversidad racial de nuestro país y da testimonio de su transformación. En él se aprecia notablemente "un significativo acervo de tradiciones, costumbres y creencias que tuvieron origen en las selvas y sabanas del continente negro y que fueron traídas a estas tierras por mujeres y hombres que, arrancados con brutal violencia de sus lugares nativos, se vieron sometidos a la esclavitud en los dominios novohispanos".
Los once corridos del fonograma son narraciones que de acuerdo con Benjamín Muratalla, subdirector de la fonoteca del INAH, "encierran valores comunes, anhelos y formas de ver el mundo; son voces y acordes que transportan al escucha a los ambientes de la costa donde la gente reunida en torno del trovador se recrea con los dramas y hechos trágicos de la vida".
Los corridos de Atención pongan señores.. son registros sonoros que datan de hace más de tres décadas y llevan implícita la impronta de los viejos equipos de grabación. Estas composiciones, explica Gabriel Moedano en el folleto que acompaña al disco compacto, fueron seleccionadas de un corpus amplio registrado desde 1967 como parte de un proyecto sobre las tradiciones orales y musicales de los afromexicanos de la costa chica.
Para ofrecer un adelanto de lo bien documentada que es esta obra Juan Diego Razo Oliva, distingue en su contenido tres tipos de mujeres que rompen con el papel secundario al que han sido relegadas dentro de la historia del corrido. Los personajes que documenta Gabriel Moedano, explica Razo Oliva son: Zoila León, mujer infortunada de quien cuenta el relato fue vendida en 15 mil pesos por su propia madre Blandina, a un tal Redilla, presumible traficante de morenas en provecho de prostíbulos de Acapulco y la otra costa; Julia Magadán, que por obligada separación de su legítimo marido se relaciona en Ometepec con un "catrincito, de ésos de camisa metida", que la enamora y la deja embarazada; y Quintila, que según la historia le dio 90 balazos al tal Chon Catarino para rematarlo, luego que éste y su pandilla de 60 pistoleros no pudieron matar al hermano ni a la muchacha, teniéndolos copados en su casa. Ella logró tumbar a catorce mientras que el hermanito hizo blanco en treinta y dos. "El enemigo de su hermano, es quien compuso el corrido; y en primera persona del singular cantó y divulgó la admiración que le causó la valiente niña de apenas 15 años: "...que si yo hubiera sabido,/ a Quintila mato primero".
Atención pongan señores... El corrido afromexicano de la costa chica, comenta Félix Rodríguez León es un trabajo prolífico de investigación en el que fluyen virtuosas espigas sobre las cuerdas de las guitarras y requintos que suplen hoy día, al arpa y al bajoquinto y en el que lánguidos cantores, quizás miran su última esperanza de ser escuchados.
Pero más allá de ser manifestaciones culturales de una región, continúa el etnomusicólogo, los corridos recogidos dan fe de la vida cultural de los afromestizos. El eco de los griots -tipo de improvisador y narrador africano- resuena detrás del romance español. Cuartetas y sextetas o sextinas, con rima no necesariamente rigurosa encuentran en el octosílabo un buen pretexto para referir el acento popular en contracciones como ""ora", "traiba" "desparezco" "l´otro" "pa´tras"; y expresiones como "pero suya si tráiba" o "con valor o preferensa" son síntesis del habla común de la región, perfectamente cuadrados con la métrica de la copla.
Con este adelanto del disco número 38 de la fonoteca del INAH sugerimos consultarlo a coleccionistas, estudiantes interesados en el género, investigadores, escritores y hasta realizadores de cine, ya que en él pueden hallar interesantes pretextos para dar rienda suelta a la creación. Por otra parte cabe destacar la labor de Gabriel Moedano que se esmeró en este proyecto vitalicio para mostrarnos la calidad literaria y musical de los corridos afromestizos y para contribuir a la recuperación de la memoria histórica e identidad étnica de los afromexicanos de la Costa Chica.
FUENTE: http://lgpolar.com/page/read/248