domingo, 1 de diciembre de 2013

LA TERCERA RAIZ DE LOS MEXICANOS: LA ETNIA YORUBA



EL ORIGEN DE LOS AFROMEXICANOS DE LA COSTA CHICA
DE OAXACA Y DE GUERRERO.


La etnia afrodescendiente (la raza negra, segun el discurso colonizador y racista) es la tercera raíz de la costa chica de Oaxaca y de Guerrero, la cual contribuyo con su genética, su cultura, economía, etc. a generar una idiosincrasia costeña característica de la región dándonos un estilo de vida propio y muy nuestro. Los afrodescendencia costeña es originaria del continente africano del área cultural de Sudan Occidental, del Congo y del Golfo de Guinea (Bartolomé, 1979 ,P. 23) en donde los Portugueses los capturaron y esclavizaron para venderlos al mejor postor. Durante la época colonial la población indígena se encontraba en una crisis poblacional debido a cuatro pestes (viruela 1534, sarampión 1544, tifo examtemático 1576 y una enfermedad no identificada) que causaron grandes estragos en la Nueva España (Bartolomé, 1979, P. 38) a tal grado que poblados enteros desaparecieron, por lo que la mano de obra se escaseo al punto que en 1580 la corona española decidió intervenir con la compra de 5 000 esclavos anuales, los cuales se distribuirían entre sus súbditos de acuerdo a los servicios prestados y a la rama económica en la que dedicaran su actividad. Los españoles utilizaban los esclavos africanos como sirvientes personales quienes realizaban trabajos en sus casas o en sus tierras como capataces o como peones pues se les consideraba que eran mucho mas fuertes que la raza indígena por ello se les dedicaba a labores mas extenuantes. La concepción de que los africanos tenían una enorme fortaleza, propicio que fueran llevados a las minas del norte, a los ingenios cañeros y plantaciones de Henequén en la península de Yucatán, por lo que en casi toda la República mexicana existe un vestigio africano. Los estados de la república como mayor presencia de afromexicanos son el estado de Veracruz, Guerrero y Oaxaca. En el estado de Oaxaca se tuvo población negra en el barrio de Jalatlaco en la Ciudad de Oaxaca, en Cuicatlan, en Juchitan, y la presencia notoria en la actualidad en la franja costera desde Puerto Escondido hasta los límites con Guerrero. Una vez que se estabilizo la población indígena durante la colonia los españoles compraban los esclavos en la capital de la Nueva España, los cuales habían desembarcados en los puertos de Acapulco y de Veracruz. Entre los pueblos afrooaxaqueños existe leyendas y canciones acerca de su origen, donde se relata naufragios de barcos acontecidos en Puerto Minizo, Chacahua, El ciruelo, Corralero y Cóllanles de los cuales descendieron, sin embargo en estos mismos se hace referencia a los negros esclavos. Esta creencia podría ser cierta o quizás un intento colectivo de olvidar el pasado africano y con ello la esclavitud.

Las tierras costeñas siempre han sido atractivas, debido a su fertilidad fueron aprovechadas por las “estancias” que empezaron resurgir para el siglo XVI bajo el apoyo de la corona Española quien asignaba tierras y ganado a españoles quienes habían prestado sus servicios en la conquista o en la pacificación de los sublevados.. En 1550 don Tristán de Luna y Arellano solicito al Virrey Mendoza la autorización de una estancia de ganado mayor en los terrenos de la actual comunidad de Cortijos, Oax. antiguamente Tlapanameca de Ayutla, a quien le fue concedido el permiso como gratificación por haber servido en la “pacificado” de la mixteca de la costa en una sublevación del cacique Sebastián en 1548 (Aguirre 58, 42) quien al llegar a Tlapanameca de Ayutla traía consigo cien parejas de negros en calidad de esclavos que llevaban a su cuidado una vaca, o un toro o un caballo (Aguirre 42), sin embargo los pobladores indígenas que se no desalojaron el poblado fueron forzados abandonarlos por la fuerza valiéndose de sus esclavos y sus perros de batalla. Para mediados del siglo XVII en Oaxaca se tenia registradas 41 haciendas, de las cuales solamente funcionaba en la costa Oaxaqueña la hacienda de Cortijos dedicada a la explotación de ganado, siembra de algodón, caña y cochinilla, la cual se usaba la mano de obra de esclavos negros y de indígenas organizadas en cuadrillas de 40 a 50 hombres al mando de un capataz generalmente de raza negra (Aguirre, 1958, P. 53). Para estas fechas la población negra creció vertiginosamente a tal grado que se habían constituido verdaderos pueblos de afrooaxaqueños como Cuajinicuilapan, San Nicolás, Maldonado (Aguirre, 1958, P. 47-48), así mismo se disemino por casi toda la costa oaxaqueña. Los españoles amparaban y hasta consentían a la raza negra, pues proporcionaba la mano de obra necesaria para las actividades ganaderas de la estancia o hacienda, además de que no presentaban un enemigo por la posesión de las tierras pues la legislación española no les permitía poseerlas. Para el año 1777 en la costa oaxaqueña se tenia una población de 158 negros puros, 6276 mulatos, 20834 indígenas y 481 españoles.

Los afrooaxaqueños contribuyeron en la lucha por la independencia de México debido a que se les fue prometida su libertad y sobre todo la pertenencia de las tierras de las cuales estaban posesionados mediante el cimarronaje. La lucha independentista no cambio mucho la situación de los afromexicanos, pues solo les proporciono su libertad con la abolición de la esclavitud 1828, en cuanto a la posesión de la tierra siguieron en el sistema de terranias.
Según datos del INEGI DE 1996, en la Costa chica de Guerrero y de Oaxaca tenemos casi 40 comunidades con población afrooaxaqueña distribuidas en los distritos de Juquila y Jamiltepec del estado de Oaxaca. En el distrito de Juquila cuenta con una población de 40 501 habitantes de los cuales 3 664 son afrooaxaqueños los que representan el 9 % de la población total; en tanto el municipio de Jamiltepec cuenta con 69 805 pobladores de los cuales 19754 son afrooaxaqueños los que representan un 28.29 % de la población total. (Barabas, 1999). Río grande, Oax. no esta considerada por Barabas dentro de las comunidades con presencia afrooaxaqueña, tiene población negra aproximadamente en un 5 o 10 %   mas de la población total, por lo que han contribuido con su cultura a enriquecer nuestra idiosincrasia.

Los vestigios de la cultura bantú (africana) se encuentran todavía presentes en las comunidades afrooaxaqueños expresadas en sus danzas tradicionales que reflejan antiguos ritos, sus modos y formas de vida ancestral (casamientos, queridatos, en la ingestión de animales de caza y chicatanas, rituales católicos para pedir lluvia), enfermedades y padecimientos (tonal, pájara, mal aire, mal de garrotillo, etc.). Estas creencias no son exclusivas de personas afrooaxaqueña sin instrucción escolar pues están presentes en personas con preparación profesional e incluso con posgrados, lo que demuestra la poderosa fuerza de la idiosincrasia afrooaxaqueña de los actuales negros, morenos y “güeritos descendiente de africanos” de la costa chica de Guerrero y de Oaxaca. En mi caso personal mi bisabuelo era negro puchunco, entre la familia se tiene de diferentes fenotipos, y claro los que suspiramos por el color negro; creo que por eso busque para mi esposa a una atractiva mujer afrodescendiente.


Durante la ultima década del siglo XX, el Padre Glin Yemot Nelson originario de Trinidad y Tobago, sacerdote de la comunidad del Ciruelo organizo los pueblos afrooaxaqueños para realizar en 1997 el Primer encuentro de los pueblos negros en esta misma comunidad. Posteriormente organizo el segundo encuentro en la comunidad de Estancia Grande, en la cual se pudo constituir la Asociación Civil de Pueblos Negros de la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero con la finalidad de exigir la reivindicación de los pueblos afrooaxaqueños y su existencia constitucional. Prácticamente el resto de los mexicanos desconocían esta tercera raíz del mestizaje prácticamente inadvertida por los investigadores quizás por una razón xenofóbica inconsciente, a tal grado que la nación se percato de los afrooaxaqueños a partir del huracán “Paulina” que golpeo la costa oaxaqueña en 1997 y que revelo gracias a toda la nación nuestra sangre afromexicana. 



REFERENCIAS:
AGUIRRE Beltrán, Gonzalo. Cuijla; Esbozo etnofragico de un pueblo negro. Mexico. FCE, 1ed. 1958, 242 pp
BARABAS, M. Alicia, y  Miguel A. Bartolomé. Configuraciones étnicas de Oaxaca. Perspectivas etnográficas para las autonomías. Vol. II, México D.F., INAH, 1999, 326 pp.
BARTOLOME, Miguel Alberto y Alicia Barabas. Tierra de la palabra; historia y etnografía de los chatinos de Oaxaca. 3 tomos. Oaxaca, SEP, INAH, Centro Regional Oaxaca. 1979. (Mineó)
Historia General de México, México, El colegio de México, 2000, p. 319.

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